miércoles, 10 de septiembre de 2014

Huapalcalco: Zona arqueológica a un paso de convertirse en área de Escalada

  Cristina de la Concha

Hace unas semanas, visitamos la zona arqueológica de Huapalcalco. A lo lejos, por el camino hacia allá, se veían pequeñas manchas de colores sobre las paredes de los cerros del Huiztle y La Mesa: escaladores. En diferentes puntos de los cerros donde se encuentran localizadas diversas pinturas rupestres, pinturas de los ancestros de esta región que datan de más de 10 mil años, colgaban varios grupos de escaladores.

Esa mañana, el poeta Ricardo Luqueño y yo habíamos comprado flores y llegamos al cerro de La Mesa. Nos dispusimos a arreglar nuestras flores en un rincón sobre unas piedras, alejados de los escaladores, unos minutos después, ya estaban ahí junto, a medio metro de las piedras que elegimos, los mismos que estaban echando sus cuerdas a unos 20 metros, que decidieron cambiar de lugar e ir a medio metro del elegido por nosotros. No pude resistirme de decirles que, por una parte, ése no es un lugar para escalar como zona arqueológica y que hay pinturas rupestres exactamente en esas paredes donde ponen sus cuerdas y arillos; y, por otra, que por qué habían cambiado de lugar a uno tan cerca del nuestro. Y, claro, el cabecilla respondió que podían estar donde quisieran y que los respetáramos (seguramente se refería al mismo respeto que él mostraba). El hombre, que dijo llamarse Uriel Lara, aseguró que tiene permiso del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) para escalar allí, en la zona arqueológica, y que si nos molestaba su deporte, que habláramos con el INAH. También dijo, de manera despreciativa, por supuesto, que ellos hacen “deporte” y no actividades “tan retrógradas” como las nuestras, refiriéndose a las flores y al incienso -seguramente este hombre debe estar en contra de iglesias y religiones o de regalar flores el día de la madre o cualquier otro día-, comentario con el que reiteraba su concepto de “respeto”.








 
En varias ocasiones he denunciado por este medio la presencia de escaladores y rappeleros en Huapalcalco. Realmente me parece absurdo tener que hacerlo: es una zona arqueológica pero no les es suficiente. Es una zona de gran relevancia para el estudio de nuestra historia, de nuestros orígenes, por sus vestigios arqueológicos, sus pinturas rupestres, los importantes hallazgos como el del hombre prehistórico (de hace 10 mil años) que se encuentra en el Museo de Antropología e Historia en la ciudad de México, y restos precerámicos, y porque gran parte de los restos toltecas de la zona permanece cubierta (28 montículos). Si bien existe una serie de obstáculos para que el lugar sea resguardado debidamente, cuestiones legales al parecer hasta ahora insalvables, considero que la conciencia ciudadana debe prevalecer por encima de tales cuestiones para salvaguardar la zona que fue establecida antes de Tula por los toltecas, pueblo destacado entre los prehispánicos por sus conocimientos, esencia de nuestra identidad.
En esta ocasión, había al menos cuatro grupos de escaladores. Hace dos años, me topaba con uno ocasionalmente, lo que implica que en otros dos años, habrá 8 grupos escalando, y en cuatro años más, unos 16; quizás en 5 años, ya ni siquiera puedan pasar los visitantes por ahí para ver las pinturas a causa del exceso de escaladores, y lo peor, ya ni las pinturas rupestres sean visibles por tanto arillo y golpe de martillo para trepar.